Desregulación
de obras sociales:
El sistema de Obras Sociales Sindicales es sin lugar a dudas perfectible.
Los administradores de las mismas son elegidos, directa o indirectamente,
por sus beneficiarios.
Elementales principios democráticos nos llevan a creer que si los
trabajadores de una actividad eligen a tal o cual dirigente es éste
quien debe conducir la institución, no pudiendo aceptarse que ningún
iluminado reemplace la decisión popular.
El Gobierno Nacional es el responsable de garantizar la limpieza de
los actos eleccionarios. También es el responsable de controlar el
funcionamiento de las Obras Sociales.
Si esto no se hace es por que no interesa, porque hay voluntad política
para no hacerlo.
En cambio sí interesa permitir los abusos de las Obras Sociales para
justificar el ingreso de la medicina prepaga.
Por las prepagas hace lobby el Fondo Monetario Internacional.
¿Será que de pronto sienten la necesidad de ayudar a nuestros sufridos
trabajadores?
¿O es que quieren manejar los 2500 millones de pesos que por año están
en juego?
El resultado de este desatino es que las prepagas, por derecha
o por izquierda, van a captar a los trabajadores con sueldos más altos
y, roto el sistema solidario, habrá salud aceptable para unos y salud
de $ 20.-- para otros.
Los trabajadores de sueldos altos, que hoy se sienten beneficiados
porque al igual que el 11% de la población pudiente van a tener "medicina
prepaga", tendrán que ir pensando que hacer cuando su empleador no
haga los aportes.
Las prepagas no van a aceptar que les paguen en las ochenta y cuatro
cuotas de una moratoria , ni en las ciento veinte cuotas para las
empresas en salvaguarda. Simplemente no los va a atender. Y es lógico.
Ellos no están para hacer beneficencia. Apenas saben hacer plata con
la salud de los que pagan.
HAY QUE PENSAR MUY BIEN QUE HACER. LA IMPREVISION
SUELE SER MUY CARA.
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