De
hipócritas y mendaces
La muerte del Dr. René Favaloro ha trasparentado la creciente indiferencia,
insensibilidad e incapacidad para resolver los problemas reales,
de una clase política que parece involucionar día a día.
La temeraria actitud del Sr. Ministro de Salud, Dr. Lombardo, de
aprovechar tan desgraciada circunstancia para justificar el estropicio
que significa la desregularización de las Obras Sociales ha colmado
nuestra capacidad de asombro.
Surgen algunas preguntas que creo deberían hacerse los señores funcionarios:
a. Más
de un 40 % de evasión ... ¿no influye en el quiebre del sistema
solidario de obras sociales?
b. Medidas como permitir que los trabajadores con ingresos
en negro obtengan créditos en los que se les considere la porción
en negro como ingreso legal ¿no es parte de la corrupción que fomenta
la evasión?
c. La actitud de la A.F.I.P. de no prestarle atención a los
aportes y contribuciones de la Seguridad Social y las Obras Sociales
¿no es una decisión política del gobierno?
d. La reducción de contribuciones patronales que desfinancia
las Obras Sociales, mientras en otras latitudes se aumenta la inversión
en salud, ¿no tendrá algo que ver con el endeudamiento de las Obras
Sociales y por ende con la falta de pago a la Fundación Favaloro?
La actitud de los gobernantes de lavarse las manos y hacerse los
distraídos frente a la muerte del Dr. Favaloro es muy negativa,
porque nos esta diciendo que la lección que nos quiso dejar no se
ha aprendido y que todo va a seguir igual.
Tal vez, estos señores actúan así para aumentar el descrédito de
la clase política y desalentar, de este modo, a los hombres y mujeres
de nuestro país que puedan estar pensando en la participación política.
Sabedores de que sin participación todo queda en manos de unos pocos...,
de estos pocos.
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