DE CAVALLOS
Y CABALLOS:
La vergonzante inclusión del Dr. Domingo Cavallo al gobierno nacional,
desnudó la cantidad de caballos que coexisten en la Alianza gobernante.
El pueblo votó a la Alianza que, con su discurso hipócrita y mendaz
prometía una política progresista.
Tanto Machinea como López Murphy, ministros de economía del pseudo
"progresismo" plantearon una política ortodoxa, basada en la reducción
del déficit fiscal, que reduciría el riesgo país, que atraería inversiones,
que generarían reactivación, que aumentaría la recaudación, y entonces,
recién entonces, "los de abajo" recibirían el beneficio de las migajas
que se les cayera a "los de arriba" (el llamado "efecto derrame").
Para ello decidieron:
-redujcir los salarios estatales (los salarios privados se ven reducidos
por la gran desocupación),
-aumentar impuestos;
-sacar de circulación miles de millones de pesos de deuda interna
del estado que pagarán en bonos a 16 años;
-reducir el presupuesto de educación;
En síntesis toda una batería de medidas que irremediablemente
llevan a la recesión.
Las mejores espadas de la Alianza defendían las propuestas ortodoxas
hasta que llegó López Murphy y, con el infantilismo que los caracteriza,
tanto la línea Alfonsinista como los chicos y chicas del Frepaso,
renunciaron a sus cargos.
Ahí apareció el salvador Domigo Cavallo. Más que un salvador, un
hacedor, que vino a despertar de la siesta al Sr. Presidente
y a los señores de la Alianza. Y como todo en la vida es relativo,
al lado de la mediocridad generalizada de la clase política, de
la oscuridad que nos gobierna, Cavallo es un iluminado.
Por lo tanto: Cavallo "AHORA" es el salvador.
Y ciertamente lo es... pues la incapacidad demostrada por el Poder
Ejecutivo convierten al Dr. Cavallo en el salvador (Dios nos
guarde del salvador).
La propuesta de Cavallo era apostar al crecimiento, aumentar la
recaudación, reducir las tarifas y las tasas de interés. Si hay
crecimiento aumentará la recaudación y por ende habrá equilibrio
fiscal. Una visión totalmente opuesta a la de sus antecesores. Antecesores
a los que respaldó el Sr. Presidente con la misma vehemencia con
la que apoya al Dr. Cavallo. Todos los colectivos lo dejan bien
al Sr. Presidente, no importa para donde vayan.
¿Quién puede estar en contra de estos enunciados de Cavallo?
"Los mercados".
Los mercados le dijeron NO, y Cavallo volvió a la ortodoxia.
Entonces aumentan los impuestos, bajan los sueldos y los cánones
adeudados por las privatizaciones siguen sin pagarse, no se reducen
las comisiones a las AFJP que se quedan con 800 millones al año,
el 29% del aporte que capitalizan, no se termina con el riesgo país
que nos venden los banqueros para poder prestarle al Estado a tasas
del 13%, mientras toman el dinero en el mercado local en cajas de
ahorro al 2,5% o en plazo fijo al 5%, con riesgo "cero".
En síntesis: el "progresismo" fagocitado por la ortodoxia de los
vivos de siempre que, al decir del poeta, "nos esquilman y no dan
razones".
Somos un país en el que el 92% de su PBI va al mercado interno.
Si queremos hablar de reactivación debemos fortalecer el poder de
compra de nuestro pueblo aumentando la ocupación. Salario es consumo
y consumo es más salario y más crecimiento.
Hay que reducir impuestos.
Casualmente todo lo contrario de lo que se ha hecho en los últimos
tiempos.
Lamentablemente el gobierno del Dr. De la Rúa en lugar de aprovechar
el impulso del apoyo popular lo dilapidó. Sabedor de su propia incapacidad
se cubrió echándole la culpa a la herencia recibida. Y en lugar
de motivar, desmotivó.
Cuando hay confianza, el que tiene consume. Cuando se consume, la
rueda gira. Y cuando la rueda gira, incluye gente. Incorpora al
sistema a nuevos emprendedores que dan trabajo a trabajadores que
consumen, que no especulan. Ese consumo genera riqueza, que hace
que la rueda gire más rápido e incluya a más, y más, y más de los
hoy excluidos.
Éste es el ABC de una "economía SANA", pensada por un gobierno del
pueblo y para el pueblo, no en base de ajustes que solo beneficia
a unos pocos.
Claro, esos pocos son los poderosos que manejan los medios de comunicación
y cuando se es una figura mediática se debe a ese sector, que es
el que lo hizo presidente o vice. No se debe al pueblo que tan solo
lo votó, motivado por esos medios de comunicación.
Al poder debe oponérsele otro poder para neutralizarlo. Al poder
de los poderosos se le opone el poder del pueblo organizado. Y ahí
esta es la mayor traición de la clase política: "han desmovilizado
al pueblo". Han destruido las organizaciones intermedias. Han
desnaturalizado la política popular, comprando y corrompiendo a
los militantes o desanimando a los que honestamente quieren participar.
La depresión (recesión mas deflación) a la que nos han llevado,
y nos hemos dejado llevar, se cura con reactivación. No con lamentos,
ni con saquitos de boldo.
Pero, pese a las profundas diferencias que tenemos con el pensamiento
de Cavallo, no podemos menos que rogar para que Dios lo ayude y
nos ayude, ya que si no es por un milagro, racionalmente, con la
dirigencia que supimos conseguir, estamos condenados al fracaso.
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