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             APRENDIENDO 
              A VOTAR  
               
              ¿Por qué cada vez que elegimos nuestros representantes, sentimos 
              que éstos se burlan de la voluntad popular?  
               
              Nuestra decisión... ¿no está siendo muy hábilmente manipulada?  
               
              ¿Cuál es la relación que hay entre los medios de comunicación y 
              nuestras decisiones?  
               
              Los intereses políticos y económicos de los medios de comunicación 
              y el de sus comunicadores ¿serán los mismos intereses del pueblo 
              Argentino?  
               
              La patria financiera que sigue viviendo colgada del estado; las 
              AFJP, que recaudan unos $ 800.000.000 anuales en concepto de comisiones; 
              las empresas privatizadas, que se ven beneficiadas con elevadas 
              tarifas y reducciones de contribuciones patronales a pesar de obtener 
              ganancias superiores a los $ 750.000.000 anuales, y que son las 
              principales anunciantes de los medios de comunicación: ¿permitirán 
              que se difunda políticas nacionales y populares?  
               
               No. Y decimos que no porque:  
               
              -Todas "éstas empresas que creen en el país" lo hacen dentro del 
              sistema, del actual sistema, que les asegura extraordinarias ganancias. 
              Por ello convierten en estadistas a los dormidos, al hombre de la 
              sonrisa o a la Carrió. Por supuesto, siempre que éstos se comprometan 
              y demuestren que van a mantener el sistema, "el actual injusto sistema". 
               
               
              -Los que tienen la sartén por el mango son ellos, y los que nos 
              estamos guisando a fuego lento somos nosotros. Ellos están bien 
              como están. Entonces: ¿por qué y para qué cambiar?. Nosotros somos 
              quienes estamos sufriendo. Nosotros somos los que tenemos que ver 
              como cambiar.  
               
              Pero todo continuará igual o peor si no tomamos conciencia.  
               
              Mientras le sigamos esquivando el bulto a la participación y permitiendo 
              que los formadores de opinión nos indiquen los caminos a seguir 
              (incluso: "a quien hay que votar"), todo va a cambiar para que nada 
              cambie (Ej. De la Rua por Menem).  
               
              Nadie, absolutamente nadie va a pagar para que afecten sus intereses. 
               
               
              El pueblo (viejo termino hoy reemplazado por "la gente") movido 
              como marionetas manejadas por los comunicadores del sistema, irá 
              remplazando un candidato por otro perdiendo día a día la poca fe 
              que le queda.  
               
              Si el grupo Telefónica (que se abrió del ex CEI) conserva los canales 
              de aire Telefé y Azul TV, diez canales del interior, Radio Continental 
              y FM Hit, un 20% de Torneos y Competencias y obviamente Telefónica 
              Argentina, entre otros negocios; ¿a que tonto se le puede ocurrir 
              que se puede hablar con libertad en algún medio, por ejemplo, de 
              las altísimas tarifas telefónicas o tan solo rozar alguno de sus 
              intereses? Evidentemente sería una ingenuidad.  
               
              Deberíamos comenzar a preguntarnos si no ha llegado la hora de recuperar 
              la participación popular. De recuperar a las organizaciones intermedias 
              como instituciones idóneas para la discusión política, en las que 
              cada uno, de acuerdo a sus ideas, participe: en sindicatos de trabajadores, 
              cámaras empresarias, unidades básicas, comités, agrupaciones estudiantiles, 
              etc., etc..., ¡pero participar!  
               
              De lo contrario estamos dejando el espacio libre a los que demuestren 
              ser los más alcahuetes del sistema, los que garanticen su continuidad, 
              para que, como hasta ahora, el sistema les siga poniendo los medios 
              a disposición y nos vendan otra nueva decepción. 
               
               Mientras votemos guiados por los medios y sus comunicadores, 
              seguiremos equivocando el voto.  
               
            
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